Dentro del Leviatán nos traslada a una experiencia en la Salas de La Coracha donde la particular configuración del espacio expositivo nos facilita la interpretación de un espacio escénico donde lo orgánico fluye como estructura de aspectos sociales que están implícitos en lo más profundo de las obras. Esos aspectos sociales siempre me sugirieron un carácter de hilazón donde vislumbrar cuestiones muy actuales sobre la visibilidad y la concienciación de lo social: sobre sostenibilidad dentro de lo urbano en las formas del urbanismo inexistente de Anaís Angulo, sobre reivindicación de género en las formas de la erótica inversa de Paloma de la Cruz, sobre la integración de las minorías en las formas inscritas en los plásticos de invernadero de las cartografía de un instante de Sabina Huber donde la inmigración está presente, sobre la diferencia con el otro en lo autoinmune de las formas en superficie, cual piel, del proyecto genius loci de JuanOto Pérez a través de en sus matices, tonalidades y formas modeladas para ser tocadas que nos acercan a la piel del Leviatán, sobre los aspectos políticos de la imagen mediatizada por la tecnología que invade y cuestiona los límites del control como en el Big Brother de 1984 de George Orwell en la instalación Panóptico de Alberto Rico.